¿Cómo incorporar las utilidades de los pacientes a las decisiones clínicas?

Gaceta Sanitaria, vol. 22(S1), pp. 180 – 186.

Autores: José María Abellán Perpiñán, Fernando I. Sánchez Martínez, Jorge E. Martínez Pérez

Resumen

Hay muchas situaciones clínicas en las que no se puede tomar una decisión «correcta» desde el punto de vista técnico. Ejemplo de ello sería la cirugía electiva, donde atender las preferencias de los pacientes resulta ineludible. Una forma de incorporar dichas preferencias es la aplicación del análisis de las decisiones clínicas. En este enfoque, primero se cuantifican dichas preferencias (utilidades) y después se combinan con los conocimientos técnicos del médico. Al modelo resultante de toma de decisiones se le suele denominar «toma de decisiones compartidas». En la revisión efectuada en este artículo se constata que: a) dicho modelo, en caso de aplicarse sistemáticamente, podría mejorar la efectividad de los tratamientos y el bienestar de los pacientes; b) la práctica clínica, no obstante, se enfrenta a restricciones en forma de tiempo y recursos disponibles que hacen difícil su aplicación; c) la incorporación de las utilidades de los pacientes a las guías de práctica clínica podría contribuir a estrechar la distancia que separa las preferencias de los médicos de las de los pacientes; d) aparentemente, la aplicación de este tipo de análisis en España es muy ocasional, donde, incluso, se detectan deficiencias, no ya en la participación de los pacientes en las decisiones clínicas, sino en el ejercicio del derecho a la información, y e) la alternativa de las ayudas a la decisión, aun cuando conozca una creciente expansión, no está libre de problemas.

Abstract

There are many clinical situations in which there is no “right” decision from a technical point of view. An example of this is elective surgery, in which patients’ preferences are critical. One way to integrate patients’ preferences within clinical practice is the application of decision analysis. According to this approach, preferences (utilities) are assessed and are then combined with physicians’ knowledge. This combination of evidence and utilities leads to the so-called shared decision-making (SDM) model. The overview provided in the present article indicates that: a) The SDM model, if systematically applied, could improve treatment effectiveness and patients well being; b) clinical practice, nevertheless, faces barriers in the form of time and resource constraints, limiting the application of such a model; c) discrepancies between patients’ and doctors’ preferences could be narrowed if patients’ utilities were included in clinical practice guidelines; d) the application of this kind of analysis seems to be scarce in Spain. Moreover, information provided to patients is probably insufficient; and e) patient decision aids, even though their use is rapidly growing, are subject to certain problems.

¿Cómo se deben establecer y evaluar las prioridades en salud y servicios de salud? Métodos de priorización y disparidades regionales

Gaceta Sanitaria, vol. 22(S1), pp. 127 – 137.

Autores: José María Abellán Perpiñán, Fernando I. Sánchez Martínez, Jorge E. Martínez Pérez

Resumen

El establecimiento de prioridades es una tarea ineludible en el ámbito sanitario, donde se manifiesta como en pocos otros el conflicto entre recursos escasos y necesidades ilimitadas. Puesto que el loable objetivo de llevar a la práctica cualquier intervención que mejore la salud de la población deviene en utopía al confrontarse con la restricción presupuestaria, resulta impostergable decidir qué problemas de salud son los más relevantes para la sociedad, cuáles son las tecnologías sanitarias más eficientes en términos de su coste-efectividad y qué pacientes merecen ser tratados en primer lugar teniendo en cuenta aspectos de equidad y de eficiencia. En este trabajo revisamos la cuestión del establecimiento de prioridades en salud y servicios sanitarios a la luz de la experiencia nacional e internacional. El asunto se aborda en tres niveles: el nivel macro, relativo a los procesos de planificación estratégica, identificación de áreas prioritarias y selección de líneas de intervención en salud; el nivel meso, en el que ubicamos la incorporación del coste-efectividad a la elaboración de guías de práctica clínica, y el nivel micro, en el que se trata la cuestión de cómo diseñar sistemas de gestión de listas de espera que vayan más allá del criterio único de «antigüedad» en la lista como criterio de prioridad. En cada uno de estos niveles de actuación es largo aún el camino que queda por transitar a los servicios de salud regionales, si bien se han producido algunos avances y se puede constatar una cierta heterogeneidad entre comunidades autónomas por lo que se refiere a la magnitud del trecho ya recorrido. Las iniciativas emprendidas por algunos servicios de salud autonómicos, junto con la experiencia internacional, deben constituir un referente para la definitiva incorporación de nuevos enfoques en la fijación de prioridades en el conjunto del sistema sanitario español.

Abstract

The conflict between scarce resources and unlimited needs is perhaps more prominent in the healthcare sector than in any other areas. Thus, setting priorities in health care emerges as an unavoidable task. The laudable aim of adopting any health technology that improves the population’s health is impossible when confronted by budgetary constraints. Therefore, the outstanding health problems of a society and the most efficient health technologies in terms of their cost-effectiveness must be identified and patients must be prioritized, bearing in mind aspects of equity and efficiency. The present article reviews the issue of setting health care priorities by examining the experiences that have been put into practice in Spain and abroad. The problem is analyzed at three levels: the “macro” level (strategic planning, identification of higher priority areas and the selection of health care interventions); the “meso” level (incorporation of cost-effectiveness analyses into clinical practice guidelines), and the “micro” level (how to design priority systems for patients on waiting lists based on clinical and social criteria). In all these levels, there is substantial heterogeneity between Spanish regional health services, the steps that need to be taken and the ground that needs to be covered. Thus, we suggest that the first steps that some regional health services have made, together with international initiatives, could serve as a reference for the definitive incorporation of new approaches in priority setting in the Spanish health system as a whole.